En las últimas semanas se registraron ataques de orcas a ballenatos en el Golfo Nuevo, un fenómeno que llamó la atención por su cercanía a la costa y por ser observado por drones.
Rocío Loizaga, biológa, investigadora del CONICET en el CENPAT, explicó que estos animales son depredadores tope de la cadena alimentaria y se alimentan principalmente de mamíferos marinos: lobos, delfines y ballenas.
Loizaga destacó que las orcas de Península Valdés cazan en grupos familiares, donde las hembras transmiten culturalmente las estrategias de caza de generación en generación. “Esto las hace muy exitosas a la hora de alimentarse en el océano”, explicó.
Los ataques recientes, según la especialista, corresponden a un mismo grupo familiar de entre seis y diez animales y no representan un comportamiento fuera de lo habitual: “Lo que sí es inusual es que ocurran tan cerca de la costa, donde hay mayor presencia humana y embarcaciones”, agregó.
La investigadora también resaltó la defensa de las madres ballena hacia sus crías: se las ve formando figuras de estrella o cargando a los ballenatos sobre sus lomos para protegerlos. La tecnología y el aumento de la población de ballenas permiten hoy documentar fenómenos que antes pasaban desapercibidos.
La palabra de la investigadora:



