Este jueves se vivieron momentos de tensión en la planta pesquera de Red Chamber Argentina, ex Alpesca, en Puerto Madryn, en medio del proceso de traspaso que, según trascendidos, se formalizaría el 1 de octubre con la llegada de la firma Profand como nueva operadora.
Trabajadores apostados en el predio advirtieron que se retiró documentación de la empresa en camionetas, sin precisarse de qué se trataba. Delegados sindicales señalaron que no se permitió verificar el contenido de esos retiros y que, ante la incertidumbre, se convocó a la Policía. A su vez, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) transmitió que el Gobierno provincial reconoció dificultades en la entrega de los CBU de los empleados, un dato clave para garantizar la continuidad de los pagos en el marco del traspaso.
Desde la empresa no hubo información oficial y tampoco se emitió comunicación desde el Gobierno. La falta de definiciones oficiales alimenta las especulaciones en torno a la salida de Red Chamber y la inminente llegada de Profand, tal como lo reflejó en los últimos días el medio español La Voz de Galicia, que publicó que la multinacional gallega estaba ultimando detalles para tomar el control de la planta madrynense.
Entre los trabajadores circulan distintas versiones: algunos remarcan que se trata de una decisión política vinculada a los cupos de pesca y a la finalización del contrato con Red Chamber, mientras otros insisten en que la empresa nunca generó conflictos mayores en la ciudad y que el trasfondo es un enfrentamiento entre el Gobierno y la compañía.
En paralelo, delegados sindicales informaron que mañana viernes habrá una reunión clave con representantes de la Provincia y de los gremios (STIA y SOMU), con el objetivo de avanzar en un preacuerdo que luego debería ser girado a la Legislatura. Allí se definiría el marco formal de la transición hacia Profand.
Mientras tanto, dentro de la planta se reportan movimientos: se desarma maquinaria que no estaba en uso, se etiquetan equipos y herramientas, y se realizan controles de inventario para evitar conflictos por la propiedad de bienes. Trabajadores aseguran que los moldes, bachas y equipamientos históricos permanecen en su lugar.
El clima entre la incertidumbre y la expectativa marca las horas previas a lo que, todo indica, será un nuevo capítulo en la historia de la principal planta pesquera de Puerto Madryn.

